Utilizar los patinetes o bicicletas, sean o no eléctricas, tiene muchas ventajas, pero también es muy importante saber llevar un mantenimiento adecuado y comprender los efectos negativos del sol y el calor que podrían dejar inutilizado tu vehículo de movilidad personal.
La batería, el componente principal afectado
El elemento más delicado de los patinetes y bicicletas eléctricas es la batería. También es el componente que más puede, por tanto, sufrir el calor. Si nos fijamos en los patinetes eléctricos, suelen tener la pila alejada de posibles fuentes de calor, por lo que ya desde su montaje se evitan incidencias derivadas del uso.
Para ello recomendamos encarecidamente utilizar aplicaciones como M365 Dashboard para controlar las gráficas y temperaturas de nuestro vehículo. En cuanto al motor, si nuestro patinete no dispone de un sensor (como en el caso del M365 y PRO), deberemos realizar esta comprobación de forma manual. Colocando la mano en la rueda del motor y comprobar cuánto de caliente está este. También podremos usar un termómetro láser infrarojo como este para medir la temperatura de una forma precisa y fácil.
Pero también es importante tener en cuenta donde guardamos este tipo de vehículos en verano, ya que será conveniente que la temperatura no aumente de los 25 grados mientras no se está usando. Cualquier desviación que se produzca en dicha temperatura, ya sea porque suban o bajen las temperaturas, afecta a su rendimiento y acorta su vida útil (puede disminuir hasta un 50% con temperaturas superiores a 50 grados).
También hay que tratar de evitar que, a la hora de dejar la bici o el patín en el trabajo o en el lugar de estudio, el vehículo reciba la luz directa del sol, ya que se puede convertir en un factor de riesgo pudiendo quemar la batería y provocar un incendio en este, además, de degradar sus componentes, tales como plásticos y vinilos.