Han pasado dos décadas desde que llegaran al mercado los primeros Segway como precursores de los actuales patinetes eléctricos. Aquél vehículo giroscópico eléctrico de dos ruedas con balanceo automático prometía revolucionar la movilidad personal en 2001. Lo consiguió, pero no obtuvo el éxito esperado.
Fue un empresario e inventor estadounidense llamado dean Kamen quien lanzó el primer Segway hace ahora 20 años. Ojo, no es ningún desconocido de la industria, es también el creador de la silla de ruedas eléctrica iBOT y fundador de FIRST Robótica, una organización sin ánimo de lucro que trata de animar a los jóvenes a involucrarse en la ciencia y la tecnología.
Parece que su éxito como opción de turismo no es suficiente para considerarlo un producto viable porque la empresa que se encarga de su comercialización ha anunciado que la producción del Segway finalizará el próximo 15 de julio.
El primer Segway salió a la venta en 2001. Era (y es) un vehículo que permite viajar de pie, utilizando la inclinación del cuerpo para acelerar, frenar o cambiar de dirección. Llamó la atención por la libertad de movilidad que suponía, pero resultaba bastante caro para ser considerado como una alternativa real a la movilidad urbana: el primer Segway costaba algo más de 4.400 euros.
Mientras el producto no llegaba a cuajar del todo entre los consumidores, la puntilla que acabó sentenciando la vida de estos dispositivos fue la del fatídico accidente que sufrió el propio presidente de la compañía, Jimi Heselden. El que fuera máximo accionista de la compañía, cayó por una colina a manos de su Segway de última generación, precipitándose a un río cercano y perdiendo la vida con 62 años. Pero sin lugar a dudas, el momento más sonado es el suceso que tuvo lugar en el Campeonato Mundial de Atletismo de Pekin en 2015, momento en el que un cámara subido en un Segway atropelló a Usain Bolt, ganador de la carrera masculina de los 200 metros, cuando celebraba la hazaña con la afición.
Este suceso fue una publicidad extremadamente negativa para los vehículos de dos ruedas, que han acabado desinflándose hasta el día de hoy.
Popular entre turistas y vigilantes de los centros comerciales, el Segway nunca llegó a cautivar al ciudadano medio para moverse de casa al trabajo. No como lo hacen ahora las bicicletas compartidas o los patinetes eléctricos, un negocio en el que Segway también anda metida (y en el que sigue innovando como nadie).
Pese a que la producción finalice, esto no quiere decir que la compañía vaya a quebrar. Desde 2015 asoció su nombre al de Ninebot, una startup que está bajo el control de Xiaomi y empezó a implementar una gama de patinetes eléctricos que ahora son su punto fuerte en cuanto a ventas se refiere.