El domingo y después el lunes, son los días de la semana que más se utilizan los patinetes eléctricos de alquiler que operan en Tarragona desde el 26 de enero pasado. Los patineteros los usan mucho en Tarragona entre estos días, en cambio el miércoles es el día en que menos uso se hace. Este es uno de los fenómenos que la operadora Reby ha podido constatar en los tres meses de implantación en la capital tarraconense y durante los cuales ha conseguido tener una demanda de vehículos «estable», según Cristina Castillo, cofundadora de la empresa. «Es un fenómeno que se reproduce en casi todas las ciudades donde se implanta el servicio y, en Tarragona, no ha sido diferente. Eso quiere decir que los usuarios los cogen por el ocio», añade.
Sin embargo, la cofundadora de Reby afirma que el servicio, en Tarragona, funciona también mucho como «complemento de última milla Es decir, para completar trayectos que se han hecho con otro medio de transporte, como el autobús».
Un sistema de aparcamiento mejorado
Reby, por otra parte, se desvincula de una de las problemáticas más frecuentes desde que se implantó el servicio en la ciudad: los patinetes mal aparcados. Según Castillo, «estamos en el 98% de patinetes bien aparcados». Todo, gracias a su aplicación móvil de gestión del alquiler del vehículo, la cual pide que se envíe una fotografía de cómo se ha estacionado con el fin de parar el contador de tiempo –que acaba determinando el coste del trayecto para el usuario. Si se ha hecho en un sitio erróneo o de manera incorrecta, se envía un mensaje al cliente. «Estamos al 85% de automatización y, por lo tanto, si el sistema no lo detecta, este avisa al equipo de personas que alertan al usuario», añade la cofundadora de Reby.
La empresa asegura que no ha recibido ninguna multa por parte de la Guardia Urbana por vehículos mal estacionados. Durante estos tres meses de servicio, sin embargo, se habrían puesto más de doscientas sanciones que, por lo tanto, serían imputables a Bird, el segundo operador que empezó a funcionar en enero, y a Spin, el tercero, que lo hizo el 15 de marzo. Por otra parte, Castillo alaba la colaboración de la Guardia Urbana a la hora de recuperar los vehículos sustraídos. Todos los patinetes están geolocalizados y la responsable de Reby asegura que ha habido intentos de robos, pero el sistema ha permitido encontrarlos.
Perfil del usuario
Con respecto al perfil del usuario de patinete de alquiler, Reby confirma que en Tarragona se reproduce el de la mayoría de ciudades donde se implanta el servicio: los más jóvenes son los primeros en utilizarlo y son estos mismos usuarios los que arrastran a la siguiente generación, introduciendo su conocimiento del servicio en casa. «En Tarragona, estamos en el punto que empieza a subir la edad de los usuarios y ya hay más gente de cerca de cuarenta años», dice Castillo.
El Eixample primero y después, el centro, son las zonas donde, según Reby, más se utilizan sus vehículos. Destaca especialmente por la gran demanda registrada, el punto de aparcamiento que hay delante del Campus Catalunya de la URV. El uso de los patinetes eléctricos de Reby por parte de los estudiantes universitarios se constata también por el hecho que Sant Pere i Sant Pau –donde se ubica el Campus Sescelades- es uno de los barrios donde más se utilizan. De hecho, Reby ofrece tarifas reducidas a los estudiantes.
Aunque Cristina Castillo valora muy positivamente el mercado de Tarragona, ve con preocupación la posibilidad de que entre un cuarto operador, ya que, «supondría un riesgo no sólo para las empresas, las cuales necesitan un mínimo de mercado para cubrir gastos fijos, sino también para la ciudad». Pone el ejemplo de Madrid, donde coincidieron hasta diecisiete empresas de patinetes eléctricos y «eso generó muchos problemas: había patinetes tirados por todas partes, vandalismo y no es lo mismo controlar dos empresas que diez», dice Castillo.
De hecho, el aterrizaje de Spin en marzo, el tercer operador en Tarragona, ya supuso una sacudida para Reby y Bird. «Antes de la pandemia el Ayuntamiento decidió que serían tres las empresas de patinetes, pero lo cierto es que ahora la movilidad se ha reducido muchísimo por la covid», asegura Cristina Castillo.